14.8.08

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Oh, menaje de caza

En la bocacalle que se abría a pocos metros de la puerta trasera del colegio grité a León. Estaba arrinconado y descargaba su garrote a todos lados, encaramado sobre algo parejo a un movimiento de confusión divisé a Lu. Sobre nosotros pasaban centenares de cuerpos corriendo y gritando histéricamente ¿Que pasa? En este momento era imposible ver: oleadas de uniformes afluían de todos lados y cubrían la calle de gritos y cabezas descubiertas. Los que marchábamos en la última hilera no entendíamos bien a unos quince pasos. Señaló algo con el dedo, escuché su voz:
Entonces, de pronto, eché a correr. Tuvimos un segundo de desconcierto: aflojamos los brazos, me detuve en seco. Su cuerpo delgado se destacaba nítidamente en la sombra de la pared que lo sostenía, dijeron a mi oído: Dicen que hay un lío “Algo ha pasado allá, más poderosa que la de quienes lo insultaban y retrocedían para librarse de sus golpes, nos sentimos arrojados hacia atrás separados. Los gritos del recién llegado se confundieron en mis oídos con el violento vocerío que se desató en las apretadas columnas de chiquillos. Logré ver en ese instante un muchacho uniformado que cruzaba velozmente la Plaza Merino hacia nosotros. Algunos se soltaron entre el ruido sin dejar de correr” Es Lu.
Mario Vargas Yeah

Anónimo dijo...

Por mí que se atragantó con la letra izquierda; luego comentan que los peces se suben a las sanguijuelas y nos persiguen a todos solamente por echarnos a mirar.
Aquí dejo una specialdilla para que la pongan en su reclusorio norte.
Saldos