22.7.08

Procreación diseminal

A gatas, la corredora de bienes infames estableció su primer jaripeo en la negación adusta de su paladar efímero. La generación del veintisiete impone su subcultura ígnea en pos de una ramificación lineal que pueda llamarse a sí misma como el conventillo de la Piedad Autónoma del Coruplento Creador.
Abierto se encuentra el camino entre las llagas abnegadas y el golpe certero que invoca tiernamente el disfraz pesado de Batichico que se ha forjado con herrajes prematuros en el camión de enfrente.
Mas no por mucho magullar se esparce más de plano, y el comentario pierde validez en cuanto la casilla es llenada: el bloque marmoreo traduce espectacular el cambio de pantalla y la bandera tiende a remojarse en té negro, tal y como si tuviera su justicia enlatada con el primer Iago marino que viene a rememorar la pulpa en sus primeros zaguanes.
El hombre adhiere a sus pies la corpulencia y suspende, tal y como se nombre a sí mismo gavilán o cáñamo o remarido o controvertido o sectorial hasta la malla que invoca y precisa en su frustración indolente. Actúa por debajo del camisón y conlleva en la huaracha el ritmo sincrético que le dará, por un lado, ambidiestras sorpresas entre sus remanentes funcionales y, por el otro, nacionalidades vagas encomendadas a la recreación histórica del vano pulcro. El silueto se arma de valor y cansa, de vez en cuando, la mirada: hay quienes piensan que
adgfuggmhdudl fkdldfkgb pspsek fnxzñzs kopweound
equivale a:
dos enchiladas ilusorias de encadenamientos adustos
y equivale a:
incólumes pasos pulcros bajo la sombra del cientocincuenta
y equivalente a:
no ha zancadilla más oscura que un arroz en ocho
¿Yoko?
Nolocreo me ha informado que Ygnoro se ha vestido de gracia para promover a senador la licencia de funcionamiento del primordial guerrero: después de espolear los callejones, el asado es lo dejado. Como si. Uno. Vano. ¿Palabré? ¿cuándo?
¿Existen y comen tarios?
Sólo por cuestionamiento efímero, se me atraganta el calentador de paso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cómo Quién Dice:
Abultadito y lenguaje se me acomoda la lengua al pala dar ocasionado por el abrupto deseo de conmemorar una anécdota: el muerto cerca ano recrimina la variedad de adustos insensibles dentro de la alegoría suficiente.
Por su parte, el sectario de gobernación incluye anécdotas vanas para desmembrar la pobreza y el anfibio coleccionista de huesos. El grillo se le ahorca con los dedos y, debajo del asiento, busca conmemorar la primera de las últimas partes: la conmemoración ígnea del sulfuro de cadmio.
Aquí se encuentran reunidos los textos de autores que han decidido englobarse con las miserias ajenas y el colchón de plumas debajo de la nariz del cuento. Por su parte, encogido de hombros se llama conmemorado y se culpa por la distancia recorrida en el estero y las quizás ciento cincuenta voces pecaminosas que le recurdan su nombre en el vacío de la puerta: se le llama y con la flema ignora la compensación prometida. A diciembre se le comete y sin arrebato de furia intriga la primer de sus incautas nueces: la torpeza marítima cuenta con su puntiagudo martini.
Hablado