17.9.08

Por lo Bistro

Acontecimiento literario. Resume en el páncreas la labor efímera de contenerse anecdótico. Gracias a la razón de ser-vir y de autopromoverse como abnegado en el ultimátum de las letras, ignoro si excluyeron del ritmo sagaz a la lectura perfecta o pretérita con la cual el servicio secreto ha concluido sus labores de construcción del poema.
Basta de entablar conversaciones con el hijo del ajo. Por lo visto, no se han enumerado los peces, sino que nos han prohibido martirizar a uno que otro acupunturista con nociones de tiempo y espacio. Por el contrario, nos han reanudado la conexión al globo terráqueo y es sólo gracias a la estructura de calles-callejones-noviciados que se puede hablar de manifestaciones culinarias como el San-Which, o el San-Daniel. Por lo prontonos han llenado de medallas y no basta con complacer al ave Fénix de que cruce su instinto con el de la biblioteca: por el alma se le escapa el pasado y yace,alegórica y ensimismada, como logotipo de un cartón de cervezas. De ahí su inmortalidad.
¡Que alguien me ayude a entender este desastre! Piden las autoridades, y en el cambio se les ofrece una cuenta discreta y un puro habano que les incluye coloraturas abnegadas y sincréticos pasillos por donde husmear las calificaciones. Escribe para escribir, me dijo el señor Pasado. Aquí le abrimos la puerta al gobernador del homúnculo y le permitimos poseer conocimientos que no por parecer ilógicos están fuera de contexto. Por el contrario: escribir y manifestarse como contracción de la cultura no es negar la relación existente entre un amarillo camino y un amarillo canario.
Por lo que a mí respecta, habrá que componer en do la felación que le han otorgado al papa y sus secuaces. Entre tanto forastero, han llegado a nosotros dos y tres noticias licencioas acerca del comportamiento del perro callejero y sus inconclusas fauces. No soy de quienes intentan establecer un juicio de valor. Tampoco soy capaz de enumerar hechos. No puedo convencer al público ubicado en la cabeza de que existe una historia clara y contundente como la raíz que se escappó de mi pecho hace cuatro días o como el pasado mañana como forma gramatical imperfecta.
Se le atribuye al investigador privado la selección de contribuciones: existe un mecanismo de selección y filtrado que permite la inclusión-exclusión de la palabra siguente dentro de la secuencia. Ilógico sería pensar que escribir es un mecanismo aislado. Por el contrario, establecer la relación entre lo anecdótico y lo categórico es la extremaunción que se le fustiga al chile y se embarga de oraciones como si tuviera resquicios de taller cinematográfico o de alusión al segmento de lo vano.
No puede hacerse ilusiones el pescado: a lo mucho, debe contraer sus músculos y convencer al primer ciudadano fructífero de que la lasagna no muerde por debajo de la almohada, o que convencernos de pasar el rato por encima de un cable de acero no es más convincente que notar en el paladar la sensación que encubre el helado de vainilla o la palabra "Cansado".
Atiborrar de excremento el estante tampoco es otorgar confusión suficiente: todo el conocimiento a un clic de distancia. La nota no se advierte en el cuello. Por el contrario: obliga al compensador a segmentar el prosaico amanecer: integrar los pedazos de la vista aislada: denominar el sol, la motocicleta, la arena, el lodo, la cárcel ilusoria y los demás pensamientos que trascurrieron a lo largo de un bistec encebollado. Junto con la dieta se le atora el cuello y basta ya de enfocar la atención a los objetos distantes, se dice el juez.
Denominar la voz es contar con el cuerpo: con el regreso de la inmediatez a la profundidad del ser. Más profundo: epidermis. Más profundo: arteria. Más profundo: tuétano. Mas profundo, átomo. Más profundo: la lógica: secuencia de pasos esperados para remover el instante creativo de su resquicio de destello informativo. La creatividad es un estero. Tampoco sirve para englobar las nueces debajo de las sábanas. Apenas si incluye territorios marítimos y debajo de su sombra se les acondiciona para verse como un estampado de hierro o un detractor ambivalente acompasado en la espera.
Gracias a Dios que existe.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Socorro.
NO pude aguantarme las ganas de promoverte en mi página web. Se ve que te has adentrado en la metonimia y nos has prevenido de mantener la guardia baja.
Por todo lo que decimos, infame mío, vamos a salir adelante por debajo de la mini de tu contestataria pose.
Alista un perro en un negro abierto: tendrás más esquizofrenia que un solomillo enlatado.

Anónimo dijo...

El mensajero cree que todos los leones con capa son de su condición. Yo prefiere constatar con sus propios adversos que la meretriz absoluta ha incomprendido el habla y ahora cree que la cerveza y el corazón saben a miel de abeja o a campamento de orugas en plano de marquesina.
Por lo visto se le ha acometido un personaje celestial.
Que piense quien lo crea.